martes, 20 de septiembre de 2011

Arena, camellos y fuertes

Hoy hace una semana que aterrizamos en este caótico pais.

Una semana de comida picante, de caos, de gente gritando, de sonrisas y de muchos Namasté!

Una semana de adaptación y a la vez de reencuentro.

Y digo de adaptación, porque por primera vez he podido ver desde fuera como siente el primer impacto de este pais cuando uno sale a la calle y se encuentra con una India, que quizas no era la que esperaba...

Mi hermana en eso está, alucinando, probando e intentando descubrir el lado bonito y positivo de estas tierras hindues y parece que poco a poco le va cogiendo el gustillo, todo y no ser una fan declarada de la comida tipica y picante india.

Y digo reencuentro, porque para mi no deja de ser ya un lugar casi conocido. Quizas ya no me impactan la mitad de las cosas que lo hacian hace un par de años, pero aún logra sorprenderme y me provoca que más de una vez se me erice la piel.

Llevamos ya unos dias largos que nos han dado para disfrutar del pequeño pueblo de Jaisalmer, su gente, sus calles practicamente desiertas y a su vez vivir una experiencia entre excitante y caotica como un safari en camello por los desiertos de la frontera con Pakistán.

Dunas del desierto

Los restos de lluvia que quedaban aún del monzón no impidió que pudieramos disfrutar de unas lecciones de comida rajhastaní ni de pasar una noche durmiendo al raso contemplando las estrellas ( ohhhhh que azucarado es todo eh! ).

Pero sin duda de toda esta experiencia, yo me quedo con Raju, nuestro guia y hasta ahora una de las personas más interesantes con las que me he cruzado en este país que supo enseñarnos otro lado religioso y cultural al que estamos acostumbrados...

Cinta comiendo comida rajhastaní de la buena


Una servidora ayudando en la cocina


Raju y su gran amigo el camello


24h después cogiamos un bus dirección Jodhpur, mochila en hombro y caminando como si de unas cowboys se tratara ( no podiamos ni movernos despues de la experiencia con los camellos) nos plantamos en “la ciudad azul”, una mezcla de pueblo perdido entre callejones azules y una ciudad sucia y maloliente llenisima de vacas.

Callejear, regatear, comprar, conversar y reirnos muchisimo con un mochilero Taiwanes son esas pequeñas cosas que nos llevaremos de una de las ciudades de las especias...

Proximo capítulo.... “ Sacerdotes, lagos y templos en Pushkar”.

Shubo ratri ( buenas noches ) des de las entrañas de un hotel bonito y barato de Pushkar.



1 comentario:

  1. bloguera perezosa!!!! dónde están esos sacerdotes templarios que se bañan en el lago pushkarí? i vull desert cada vegada q veig la foto de més amunt. potser haurà de ser el marroquí però el tindrem casi al costat de casa, no?. jo, per si de cas, ja tinc el passport renovat fins al 2021. vente ya q l'hem de començar a petar!!!

    besiñus araleros

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